16 oct 2010

Mineros revelan estremecedoras vivencias a 700 metros de profundidad!



Los 33 mineros llevaban 72 horas sin comer, en ayuna, empezaron a sentir dolor de estómago, "nuestros cuerpos se consumían y nos pusimos cada vez más flacos. Mi cuerpo se consumía a sí mismo", dijo Richard Villaroel, y temían morir antes que la sonda llegara al refugio. Cuando quedaron atrapados, quemaron neumáticos para enviar señales al exterior. También hicieron pequeñas explosiones para que la mina vibrara. El día que contaron con sólo diez litros de agua mineral comenzaron a racionarla y a beber agua contaminada, que estaba guardada en tambores. Todas las decisiones importantes sobre la organización interna las adoptaron por votación. En un comienzo, desesperados por la falta de aire, recorrían constantemente toda la galería. José Enríquez, denominado el guía espiritual del grupo, fue clave. Henríquez apelaba a la oración. "Yo nunca había rezado, pero aprendí a rezar, a estar cerca de Dios", dijo Villaroel, quien será padre el próximo mes. "El hecho de que la mayoría haya aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador personal ayudó", añadió.