Ecuador parece que retorna al pasado cuando la noche de este jueves, miles de ciudadanos se concentraron en la Plaza Grande de Quito, la capital del país y frente al Palacio de Gobierno (Carondelet) para pedir la salída del presidente Lenín Moreno.
El caso es que el nuevo gobernante ecuatoriano, tras iniciar lo que él llama "diálogo nacional" con las fuerzas políticas de oposición, ha empezado el reparto de las instituciones gubernamentales, y una de ellas es la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) que ha sido entregada a miembros del partido político de los Bucaram, según lo denunció recientemente el vicepresidente de la nación Jorge Glas.
El mismo expresidente Rafael Correa, ha venido criticando fuertemente a Moreno por sus pronunciamientos y decisiones gubernamentales que aparentemente conducen al retorno del viejo país, donde los gobernantes de turno se repartían la "torta" con los diferentes partidos políticos, haciendo de las instituciones del Estado, sus negocios particulares.
Como no recordar los repartos de las Aduanas, el mismo SRI, y todos los ministerios convertidos en negocios particulares de las familias de los políticos. Por ello se hizo costumbre que un presidente gobernara por unos cuantos días y luego ser destituído por los diputados y por el pueblo, entre ellos justamente aparece en la lista Abdala Bucaram quien tuvo que refugiarse en Panamá tras ser acusado de corrupción, Abdala es el padre de Dalo Bucaram, ex candidato a la presidencia.
Moreno anuló este jueves las funciones encargadas mediante decreto al vicepresidente Jorge Glas, después que este denunciara la entrega del CNEL a los Bucaram por parte del presidente.
La decisión del presidente pone en evidencia la ruptura o división de Alianza País el partido de Gobierno, por lo que Moreno es considerado un "traidor" por la gran mayoría de ecuatorianos que ha empezado a pedir la renuncia del mandatario.
"¡Fuera traidor fuera!", es el grito en la Plaza Grande a esta hora. "Hagamos fuerza compañeros,vengan para hacerle sentir nuestra indignación al traidor de Carondelet", era el llamado de miles de enfurecidos ecuatorianos en Quito.
