17 nov 2017

La muerte es parte del proceso de la vida según Raymond Moody Jr.



El fallecimiento de una persona, sea este un familiar cercano, un hermano, la madre o el padre, siempre genera o produce las peores sensaciones, especialmente cuando esta ocurre de manera inesperada.

No existen acciones ni palabras que puedan reconfortar el dolor que se siente en esos precisos instantes. Los sentimientos de pena, abandono, incredulidad y hasta el bloqueo emocional golpean muy fuertemente.

Sentimos pena por la pérdida de la persona que se ha ido. Pasamos por la incredulidad porque es una manera de negación para defendernos del dolor y porque sabemos que la persona que ha muerto se va y no regresa.

Un sentimiento habitual es el de culpa. Ocurre porque algunas veces no hemos hecho ciertas cosas que quizas pudiera haber permitido que la persona viva un tiempo más, siempre que la misma sea de una mediana edad.

Cuando fallece una persona de avanzada edad, de 80 años y más, sabemos que ha sido su tiempo. Normalmente los seres humanos mueren de 57 y 65 años, producto de paros cardiacos por mala circulación y otras enfermedades, lo que es comprensible.

Por tanto los familiares debemos de prepararnos ante esta realidad. La verdad es que queremos tenerlos para siempre con nosotros y eso es imposible, de manera que siendo razonable los ancianos pasan por ese proceso, por el que también vamos a pasar todos, siempre que logremos llegar a los 80 o quizas los 90.

Así que para no dejarnos doblegar por la sin razón, la única esperanza que nos permite controlar ese dolor y seguir adelante porque la vida continúa, es pensar positivamente en que hay "vida después de la muerte", según el Doctor Raymond A. Moody Jr.