El mortal tsunami provocado por el devastador terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter en Japón, alcanzó las costas pacíficas de Estados Unidos. Las alertas de tsunami llegaron rápidas y todos los habitantes se pusieron a buen recaudo buscando las tierras más altas.
Las olas llegaron con fuerza a Hawaii arrastrando barcos, botes deportivos y de pesca llevandolos a chocar entre sí, algunos a estrellarse contra los muelles. Las aguas ingresaron a tierra firme y cubrieron las carreteras frente a la playa llegando inclusive a los hoteles en la Isla Grande. Una casa fue arrastrada por el mar y olas de siete metros inundaron las zonas bajas de Maui.
Los daños más graves sucedieron en California y Oregón, se estima en algunos millones de dólares ante la embestida de una ola de aproximadamente 8 pies que destruyó al menos 35 barcos.
En Crescent City, California, la Guardia Costera ha buscado durante 7 horas a un hombre que se encontraba tomando fotos y que fue arrastrado por el mar. En Oregón, cuatro personas fueron a la playa a ver las olas y fueron barridos por la fuerza del mar. Dos pudieron salir por su propia cuenta y los otros fueron rescatados.