Mohamed Bouazizi de 26 años de edad, era un diplomado en informática sin empleo en Sidi Bouzid, un pueblo de Túnez; se ganaba la vida con su puesto ambulante de frutas y verduras y con el fruto de las ventas sostenía a su madre y a sus tres hermanas. Un día llegó la policía y le requisó el puesto porque no pagaba licencia (la mordida que exigían los uniformados).
Muy ingenuamente fue a reclamar a las autoridades, estas lo humillaron al ser abofeteado por una mujer inspectora municipal. Entonces decidió rociarse gasolina e inmolarse frente al edificio de la municipalidad. Hace un año que el jóven Bouazizi se inmoló.
Esta acción de coraje e impotencia ante un futuro sin perspectivas generó una ola de simpatía entre sus vecinos que inmediatamente se solidarizaron protestando ante las autoridades, pero fueron reprimidos con violencia por la policía. Las protestas se extendieron como un reguero de polvora por todo el país.
El 14 de enero del 2011 emprendió la huída el dictador Ben Alí, presidente de Túnez y fue el comienzo de la "primavera árabe". Más tarde las protestas se extendieron a Egipto, provocando la renuncia de Mubarak, en Libia el pueblo sacó y asesinó a Gadafi, en Yemen dimitió el dictador Saleh, en Siria Bashard al-Assad resiste aún, ha asesinado más de 5.000 personas. Justamente este sábado las fuerzas de seguridad sirias mataron 38 personas en las manifestaciones.
Las protestas llegaron a Occidente. Estados Unidos, Chile, España, Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, Portugal, Bélgica, Grecia, Australia, Holanda, Israel ..y últimamente en Rusia también se han generado manifestaciones, los pueblos de todo el planeta quieren cambios, están cansados de tantos políticos, gobernantes, dictadores, bancos, empresas corruptas y del sistema imperante.