El poderoso huracán Irene ha aterrizado en Carolina del Norte y llegó con mucha furia con vientos de más de 140 kilómetros por hora y lluvias torrenciales que han inundado gran parte de este territorio estadounidense. Son 4 las personas muertas desde la llegada de Irene a tierra firme estadounidense. En la zona del Caribe dejó 6 muertos. Las fuertes ráfagas huracanadas de Irene derribaron árboles y líneas de electricidad en Carolina del Norte.
Más de dos millones de personas fueron obligadas a abandonar sus casas para refugiarse en lugares más seguros. Michael Bloomberg, alcalde de New York, ordenó la evacuación de más de 350.000 personas de las áreas más bajas de Manhattan, en una decisión sin precedentes en New York. En rueda de prensa, Bloomberg se quejó de la falta de colaboración de la comunidad hispanoparlante para las evacuaciones. El presidente Barack Obama, que adelantó el regreso de sus vacaciones de verano, advirtió que Irene podría ser "un huracán histórico".
Desde Carolina del Norte hasta Massachusetts están en estado de emergencia. Se han paralizado los servicios de transporte de buses, trenes y más de 10.000 vuelos fueron suspendidos. Los aeropuertos John F Kennedy, La Guardia y Newark, suspendieron sus actividades. El Pentágono puso a disposición 200 camiones con suministros de emergencia y 100.000 soldados de la Guardia Nacional se mantienen en alerta. Los supermercados a lo largo de la costa se quedaron sin víveres debido a la demanda de los residentes que se aprovisionaron antes de que llegue la tormenta.
Los neoyorquinos enfrentan con desconcierto la llegada del huracán y los preparativos contrareloj pueden ocasionar daños que lamentar en los próximas horas, cuando el poderoso Irene arribe a la ciudad.