El presidente de los Estados Unidos Barack Obama, ha pronunciado este miércoles en la Cumbre de la ONU, sobre los Objetivos del Milenio un discurso con el que ha tratado de tapar la boca tanto a los que acusan a Estados Unidos de no cumplir sus promesas de ayuda al desarrollo como a los que se quejan de que se gasta dinero fuera del país cuando tantos americanos pasan penurias dentro.
Obama ha insistido en que en un mundo globalizado la riqueza y la pobreza ya no respetan fronteras y por ello deja de tener sentido "el viejo mito de que el desarrollo es mera caridad que no sirve a nuestros intereses". Ha anunciado una ofensiva para volver a poner a Estados Unidos en la cabeza de la ayuda mundial para el desarrollo. Pero aunque fuentes de la Casa Blanca aseguran que está previsto aumentar el presupuesto para la ayuda al desarrollo entre 25.000 y 52.000 millones de dólares, la idea no es tanto lanzar un Plan Marshall planetario como una nueva política global de ayuda al desarrollo.
En lo sucesivo competirá en importancia estratégica con la política de defensa y la exterior y, aunque estará coordinada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, no estará claro que esta tenga siempre la última palabra. Se creará una agencia intergubernamental que responderá directamente ante el presidente.
