Muchas veces vemos que cuando los hijos han crecido físicamente, aún cuando llegan a tener entre 20 y 25 años de edad, todavía se encuentran viviendo con sus padres y continúan dependiendo en casi todo de ellos.
Cuando los hijos han crecido físicamente y no buscan independizarse, la convivencia con los padres se vuelve nociva, más aún cuando cada ser humano necesita su espacio y debe tomar sus propias decisiones.
La independencia debe ser una obligación para todos. Los padres deben permitir y enseñar a los hijos a ser independientes para que al tener que buscar un trabajo, vivienda, limpieza personal, su ropa, etc, les ayude a los hijos a ser autosuficientes por el bien de ellos y de todos.
Es un error por parte de los padres, el no dejar que los hijos obtengan su independencia, pues les resuelven todo, incluso dandoles tarjeta de crédito, dinero, vestimenta, alimentación, vivienda, les pagan la cuenta del teléfono y el internet, etc, pues de esa manera los hijos tienen una vida fácil al estar con los padres, sin tener que mantener una casa por sí solos, sin tener que cocinar, sin tener que hacer nada de lo que tendrían que hacer si fueran independientes.
En ocasiones vemos a hijos que aún están viviendo con sus padres y encima tienen hijos y esposa. Esta convivencia es mucho más pesada y en ocasiones intolerable.
Me parece sensato que un hijo busque independizarse cuando ya es hora de hacerlo, especialmente cuando empieza a tener problemas con sus progenitores. A veces se marchan un poco dolidos, pero les aseguro que eso es algo temporal, pues más adelante notará lo importante que fue tomar esa decisión por su bien y el de sus padres.
A partir de ahí se ocupará de todas sus cosas, trabajo, vivienda, compra, ropa, limpieza y el cuidado de su salud, sólo entonces valorará todo lo que sus padres hicieron por él y empezará una nueva etapa evolutiva en su vida.
