El pueblo brasileño ha salido a las calles de las principales ciudades del país en masivas manifestaciones contra el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
Las manifestaciones tuvieron lugar el jueves en varios estados brasileños y en el Distrito Federal. Organizadas por el Frente Brasil Popular, las protestas reunieron a miles de personas que salieron a las calles gritando consignas como "No habrá golpe, habrá lucha". También se veían pancartas de apoyo al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y a Dilma Rousseff.
En Brasilia, representantes de diversos sindicatos y movimientos sociales, de estudiantes y de trabajadores de todo el país asistieron a los actos llevando banderas de sus organizaciones. Unos 50 mil manifestantes, según la Policía Militar, siguieron en marcha hacia el Congreso Nacional para mostrar a los parlamentarios su descontento con el juicio político.
La representante de la Central Única de los Trabajadores (CUT), Janeslei Albuquerque, dijo que el acto fue esencial. "Brasilia, siendo la capital del país, es esencial para dar visibilidad a nuestra insatisfacción. Entre 700 y mil autobuses llegaron aquí, procedentes de todos los estados brasileños", dijo.
En Sao Paulo, las manifestaciones tuvieron lugar en la céntrica Praça da Sé, donde miles de personas se reunieron rodeadas por coches con altoparlantes y banderas de diversas entidades, como el Frente Brasil Popular, la Central de Movimientos Populares (CMP), la Central de los Trabajadores de Brasil (CTB), la Unión de la Juventud Socialista, así como sindicatos de diversas categorías.
Los manifestantes portaban globos gigantes, pequeños globos rojos y pancartas con mensajes en contra de la destitución. El metalúrgico Joao Souza Neto, de 47 años, dijo que protestaba en contra del golpe y por la democracia. Según el coordinador de la Central de Movimientos Populares, Raimundo Bomfim, no hay justificación legal para la destitución.
