12 jul 2016

Obama:"Los prejuicios no desaparecieron cuando la segregación legal terminó"

En medio de la creciente tensión racial en Estados Unidos, el presidente Barack Obama visitó este martes Dallas junto con su esposa, Michelle, el vicepresidente, Joe Biden, y su mujer Jill, el expresidente George W. Bush y su esposa Laura, para rendir homenaje a los cinco policías asesinados durante las protestas el pasado jueves.

"Sé que los estadounidenses están sufriendo por lo que pasó en los últimos días. Aunque sabemos que estas divisiones no son nuevas y que fueron peores en un pasado reciente, nos preguntamos si estas divisiones van a poder ser saldadas algunas vez", dijo Obama ante un teatro abarrotado de familiares y amigos de las víctimas del ataque de Dallas y de funcionarios de todo el país.

"Pero debemos rechazar esa desesperanza. Estoy acá para insistir en que no estamos tan divididos como parece", agregó el mandatario en su discurso.

Con más de una decena de miembros de las fuerzas de seguridad en uniforme de fondo y al costado de las fotos de los cinco policías fallecidos el viernes pasado mientras acompañaban una protesta por casos de gatillo fácil contra ciudadanos negros, el presidente estadounidense recordó una a una la historia personal de las víctimas y contó cómo sus familias se enteraron de la noticia y el drama de contársela a sus hijos.

Obama también reivindicó el trabajo de los policías en todo el país y en especial en Dallas. "Una abrumadora mayoría de los agentes de policía merece nuestro respeto, no nuestro desdén", enfatizó, pero hizo hincapié en que el racismo y "los prejuicios no desaparecieron cuando la segregación legal terminó" en Estados Unidos, en los años 60.

"Nadie es enteramente inocente, ninguna institución es completamente inmune y eso incluye a nuestros departamentos de Policía", sostuvo el mandatario.